con toda la calma, se encuentran sus pupilas;
sumergido en los grandes mares;
saltando los charcos con sangre en la nariz,
notas el tren perdido?,
el que solías tomar sobre aquella brisa clara que no desaparece,
con el sol resplandeciente, que llega a desaparecer en el mar,
y los cuentos mueren, y los cuentos renacen,
nada llega ser tarde,
aunque cierres los ojos, y no encuentres las nubes,
vida, vendría siendo lo único que te sucede,
con tanta calma, sol resplandeciente,
saltando en charcos con sangre en la nariz,
suelto entre montón de heno,
suelto, y en realidad eres tú, gozando de tu tiempo…
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